lunes, 12 de febrero de 2018

PERFECCIÓN O EXCELENCIA


                                Pasó mucho tiempo desde mi último post, mi actual ritmo de vida me demanda cada vez   más prisa, más eficacia y prontos resultados. La falta de tiempo compite con la perfección en lo que hacemos, a tal punto que trata de erigirse como una meta per se. Paradójicamente la búsqueda de la perfección no es un camino perfecto, en muchas ocasiones, ello hace mucho más rígido nuestro pensamiento, nos hace muy críticos con nosotros mismos.


En éste camino que se transforma ya en una carrera de fondo entre velocidad, aciertos, creatividad y resultados aparecen jugadores inesperados como la ansiedad, el miedo y sufrimiento. 

              
            Estos jugadores nos tironean hacia atrás, no nos dejan avanzar e inclusive nos paralizan, logrando que abortemos nuestro proyecto, porque nunca será perfecto. Y cómo nunca verá la luz, nunca lo sabremos tampoco.  
                   Por ello no es la perfección el camino para que nuestro proyecto nazca, tampoco estoy haciendo una apología de la mediocridad, sino todo lo contrario el verdadero camino lo encontramos a través de la excelencia, y en ella no tiene cabida la ilusoria perfección. 
                          
              Seguir el camino de la excelencia en todo lo que hacemos  implica esforzarnos haciéndolo de la mejor manera posible, poniendo en ello todo nuestra atención, nuestra energía y pasión, disfrutando del camino. Si el resultado no es del todo como lo esperábamos, internalizamos ese aprendizaje y seguimos adelante.

           Yo quisiera escribir un artículo perfecto, tú , deseas una vida perfecta, tal vez una pareja  perfecta  o el emprendimiento perfecto. Lamento desilusionarte amigo mío, pero ello no pasa de ser una percepción distorsionada de cómo son las cosas. Un artículo perfecto no es más  que una percepción de algo absoluto, inmejorable, sin errores de ninguna naturaleza, y ello al igual que la vida perfecta o la pareja perfecta no existe más que como un modelo teórico imposible de  emular  y hasta muchas veces ni siquiera logramos conceptualizarlo. 

Por ello ante la disyuntiva de lo perfecto por hacer o lo hecho, prefiero siempre lo hecho aunque imperfecto, hecho está, el tiempo, el esfuerzo, el compromiso en la búsqueda de la excelencia nos hará mejorar el resultado.

                         En el cambiante mundo de los negocios, el pasar demasiado tiempo perfeccionando una idea, un proceso no tiene cabida en esta era de emprendimientos ágiles y dinámicos. Los emprendedores deben adaptarse rápidamente a las cambiantes realidades del mercado y de su entorno, convirtiéndose en personas innovadoras con pensamientos creativos que aprenden de sus errores y permanentemente actúan y avanzan.  Esta característica es muy difícil de conseguir por las personalidades perfeccionistas.
  
En el camino de la excelencia, utilizamos la mejor versión de nosotros mismos, sin obsesionarnos con nuestras debilidades, mejorándolas poco a poco, redoblando el esfuerzo y dejando de lado cualquier excusa lograremos resultados excelentes.   



Rubén Dario Blanes  ( Máster en NeuroCoaching)


https://qswcoaching.blogspot.com.ar/